ZINCA-TRIP

miércoles, 5 de agosto de 2009 by Berto

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Desde la ventanilla se podía vislumbrar la cadena montañosa pintada de verde que llegaba a encontrarse con la playa cercana al lugar de aterrizaje. Sucedió, las llantas de la aeronave tocaron el pavimento, aterrizaron, con una sonrisa malévola en el rostro la humedad se filtraba por cualquier recoveco de la aeronave, poco a poco los pasajeros se percataron de esto y en ese instante se sintieron liberados de todo lo que les recordaba el lugar de despegue.


Tomaron el primer taxi que encontraron, poco antes de llegar a la carretera de doble sentido que se encontraba en deprorable estado aunándole a esto los cientos de topes que en esa vía "rápida" se podían contar. El taxista, hombre bonachón y costero no dudo en hacer las paradas adecuadas para que los pasajeros a su cargo estuvieran bien hidratados, las cervezas pasaron de mano en mano y la correspondiente llegó a la mano del conductor. Hora y media después con una parada mas de hidratación y otra de cultura general llegaron a su destino.


La playa se recorría de lado a lado en 15 minutos, a pie,en donde uno se topaba con pura cosa única, única para el extranjero común para el local, contra el arena chocaban las violentas olas, los extranjeros abundaban en el lugar, las admiraban, admiraban el conjunto: sol, arena y mar...


La noche llego y con ello el anonimato, los antifaces fueron cayendo de dos en dos, todo producto de las bebidas embriagantes, poco a poco cada quien recuperó el suyo y con ello su sobriedad, el alcohol se había terminado, el cansancio invadía los cuerpos bronceados por el sol arenoso. Esto sucedió noche tras noche en diferente circunstancias y a diferentes horas.

El animo no se hizo de esperar cuando las primeras tablas de desliz acuático fueron vislumbradas, animo que se veía cubierto por cierto recato, recato que dentro del mar se perdió, el mar los alentaba y al mismo tiempo los desafiaba pero ya estaban ahí, lo habían de lograr.El cansancio superó, el mar, como siempre, venció.


La tranquilidád los llenaba, todo era mas claro y sencillo, todo era fácil, lo difícil era quedarse, lo difícil era ponerse de pié, y solo irse sin saber cuando se volvería a estar ahí, tal vez nunca.

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2 comentarios:

Unknown dijo...

el music trip de las canciones quemadas...hurricane jane nunca sera lo mismo

Humberto Ceballos dijo...

Indeed Matt... long live Hurricane Jane!!!